Esto necesita una buena pulida, no transmite lo que estoy pensando. Léase con precaución.
En el estudio de Estadística en la escuela, me encontré con la siguiente paradoja: si yo voy con el mecánico y le pido que me de un estimado de la reparación de mi automovil, me puede responder algo así como que el costo de reparación será de $3000 a 4000 pesos. Pero si le pido que me diga con mas certeza cual es el posible costo de la reparación, el mecánico va a protegerse y responderá que la reparación costará entre 2000 y 10000 pesos. ¿Clara la paradoja? Mientras mas seguro quieras estar de algo mas indefinido será el resultado. El corolario es que se obtiene mas certeza si se demanda menos.
En las relaciones humanas hay un simil. Mientras mas seguro quieras estar de la persona que amas, mas indefinido y mas volátil será el resultado. Si quieres mayor precisión en el resultado, la certeza tiene que se menor.
Luego viene el problema de la sobredefinición. Los problemas pueden venir sobredefinidos, entendiendo esto como el exceso de condiciones para la resolución de un problema y que por lo tanto lo hace irresoluble. Ejemplo: piensa en un número que sea mayor que 10. Los números mayores de 10 son infinitos y por lo tanto las soluciones también lo son. Si añado una condición como por ejemplo, que el número sea mayor de 10, pero menor de 20, las soluciones se limitan a solo nueve. Si añado una condición extra, por ejemplo, que el número sea mayor de 10, menor de 20 y mayor de 50, he sobredefinido el problema y lo he hecho irresoluble, porque no existe tal número.
En una negociación, el exceso de condiciones limita las posibilidades de llegar a un arreglo y especialmente cuando se trata de una negociación de suma cero, donde se percibe que donde una persona gana, la otra necesariamente pierde. La ausencia de condiciones tambien limita la posibilidad de un arreglo, porque las opciones se hacen infinitas y por lo tanto tambien se hace infinito el tiempo necesario de negociación. Es decir, es necesario dar un marco de referencia. En resumen, la ausencia de condiciones es una espada de doble filo, que puede tanto degollar al oponente, como puede que nos degüelle.
Una buena negociación requiere de presencia mental y física, de manera que el oponente no nos perciba como débiles, pero tampoco deberá haber exceso de confianza. Ambos extremos puede hacer fracasar la negociación.
Y llego a la conclusión: siempre es mejor un mal arreglo que un buen pleito. El mal arreglo lleva a una solución rápida. El buen pleito puede tomar el resto de tu vida, con pérdidas infinitas en el sentido económico, emocional y afectivo.
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