La peque sigue peque. No me parece que vaya a ser de la altura y fortaleza de su mamá, aunque si tiene la voluntad de la mamá. Gatea a toda velocidad, en alfombra o en mosaico. Si se cansa, se sienta. A veces, estira las manos para que la ayudes a caminar en sus dos pies. A veces usa un mueble, o la pata de una silla para pararse sola. Te sonríe con toda facilidad. Le gusta hacer su tiraderito de juguetes y constantemente experimenta con la Ley de la Gravedad, todo lo que tiene en la mano lo tira al suelo, y lo vuelve a levantar (o espera que tú lo hagas) y repite la operación.
La mamá de la peque está un poco mas "light" con respecto a su hija, porque hace unos meses se ponía como loca a la menor posibilidad de que la niña se lastimara. Ahora la deja experimentar un poco mas, pero no le quita el ojo de encima.
Come de todo, hasta salmón, porque todo se le antoja. El día de Reyes le estuve dando pedacitos de rosca, que se comía con ganas.
Le gusta que yo la cargue, porque como es muy curiosa, pues si va en brazos, tiene la oportunidad de ver todo lo que hay en su alrededor.
Dejara de ser mujer...
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