Me quedé impresionado cuando vi este cuadro la primera vez. No lo vi en su tamaño real, lo vi en un artículo de Time Magazine hace muchos, muchos años. Es un cuadro de Picasso, pintado en 1907 y tiene diversos análisis, diciendo que es el inicio del cubismo, o que si esto o aquello. No es eso lo que me llamó la atención.
PIcasso, en los tiernos 25 años que tenía entonces, hizo varios dibujos antes de hacer el cuadro, incluyendo poner una figura femenina dando la espalda a la persona que ve el cuadro y dos figuras masculinas, que no están en el cuadro final. La escena es de un burdel en Aviñón. Hay una mesa con uvas y una rebanada de sandía en la mesa en una extraña referencia sexual.
Yo no soy de andar viendo arte de este tipo, pero cuando lo vi la primera vez, al igual que el Guernica (que estaba en Nueva York y ha sido repatriado) me arrancó el alma. Las miradas de estas prostitutas son miradas duras, cuestionantes, frías, de insatisfacción. Son miradas carentes de emoción. Los cuerpos están contorsionados, con los brazos levantados en dos de la mujeres y otra sentada, de piernas abiertas. Todas son indiferentes en la mirada al mismo tiempo que retadoras en su cuerpo, confrontando a la persona que ve el cuadro.
El cuadro causó revuelo cuando fue mostrado, y pasó algún tiempo en el estudio de Picasso.
Hay que verlo, y es que, aunque pintado in 1907, hace mas de 100 años, me recuerda que la situación de muchas mujeres de la actualidad es igual. Son mujeres que le han perdido gusto a la vida, que confrontan, cuestionan, retan.
Vean el cuadro, la liga está abajo, y luego piensen que mujeres en su vida están en las mismas condiciones.
La situación de muchas mujeres es, penosamente, igual a la de las señoritas de Aviñón.
http://www.terra.es/personal/asg00003/picasso/avignon.html
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