Patonuna y el Rurro se conocieron como niños. Patonuna me platicó que un día, regresando de algún encargo que le había dado Doña Hortensia, pasó frente a la casa de Presidente Carranza 37 (la numeración antigua, no la actual) y vió a un niño y una niña, en el patio de la casa, tras una reja. Me dijo que le había parecido que los dos niños eran bonitos y Patonuna estima que la niña y el niño hayan tenido entonces cinco y seis años de edad, respectivamente. El Rurro tenía una carita tan tierna, una expresión tan dulce, que las amigas de la mamá le decían "carita de cielo". La niñas siempre han sido mas avezadas en estas artes y Patonuna me dice que cuando lo vió, le llamó tanto la atención que pensó para si misma: "a ese me lo apartan". Y la hermanita del Rurro se acercó a la reja y le preguntó a Patonuna: "¿y tu ñovo?". Con el tiempo esa niña y Patonuna acabaron siendo cuñadas. Patonuna y el Rurro se conocieron ese día de 1932, empezando una relación que continuó hasta el 3 de noviembre de 2006, cuando el Rurro, que siempre era el primero en estar listo para cualquier viaje, hizo sus preparativos y marchó al viaje definitivo.
¿A que horas viene tu mamá? Al rato jefe, al rato, no comas ansias.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario