Visitas de la última semana a la página

Conversaciones entre el Llaverito y Yo

Welcome!!

Why am I doing this? Well, just to write down some things that come to me now and then. It is mainly for my own entertainment, but I also use it for more serious things, like studying and reviewing things I like. I also tell publicly what I should be telling privately. It is written both in English and Spanish but not side by side. Some things sound better in English and some sound better in Spanish.


You are welcome to nose around.


miércoles, 17 de junio de 2009

El vaso de leche

Ah, que divertido tener 17 años y no ser responsable de nada. Los que estaban cerca de mi a veces no estaban tan contentos. Los incidentes mas molestos para los demás y mas divertidos para mi, porque de alguna manera yo los gozaba, aunque no recuerdo que hayan sido conscientes, era a la hora de la merienda. A los diecisiete mi coordinación aun no era tan buena, que finalmente ahora a los cincuenta y siete tampoco lo es, y esa falta de coordinación resultaba en que sentado a la mesa de la merienda y en la búsqueda de mi recién servido vaso de leche, y que me servía yo hasta casi el borde, abriera yo el brazo con tanta fuerza que derramaba yo su contenido en la persona que se sentaba frente a mi, mi madre, o a mi lado derecho, mi padre. El vaso era derramado con tanta fuerza que el contenido se iba con la furia de una inundación sobre uno de los dos, que a pesar de tener buenos reflejos, nunca pudieron evitar ser bañados en leche. Había ya algo de práctica en ellos en retirarse, y reaccionaban rápido, alejándose y levantándose para luego gritar: ¡Raúl!; pero yo era mas rápido que ellos y acababan bañados en leche de la cintura para abajo. Era necesario evitar la furia y yo agilísimo iba por un trapo o jerga para secar la mesa y el trapeador para limpiar el piso. La palabra favorita de mi padre era, para esas ocasiones, "carambas", seguido por el "¿que no te fijas? Pos si me fijo, jefe, pero mi coordinación no es tan buena. Eventualmente continuaba la merienda, pero con un silencio de funeraria.

Ayer lo repetí y fue igual de divertido, pero con algunas atenuantes: el vaso no tenía leche, había tenido agua y ya estaba vació. La persona que estaba frente a mi reaccionó rápido y no llegó a mayores. Sin embargo, el batazo que le di al vaso lo dejó hecho añicos y fue necesario buscar todos los pedacitos que brillaban a la luz de la oficina. Me dió risa, que tuve que reprimir, ver como se levantaba esa persona. Me trajo muchos recuerdos de mi adolescencia.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario